Lo mire fijamente, la luz del atardecer hacia que las caras de las personas desconocidas se confundan con las sombras.
Aquella cara que veia la conocia de memoria, desde la mirada perdida, , hasta la ultima peca en la punta de la nariz. Sin embargo, algo en ella habia cambiado, se veia cansado, viejo, destrozado. Parecia que el paso del tiempo, no solo habia surtido efecto en el, sino que lo habia golpeado como un latigazo inesperado.
Me acerque lentamente, el miedo paralizaba cada miembro de mi cuerpo. Parecia que los segundos eran horas, el panico poco a poco iba aumentando, mientras que mis pesados pies se movian hacia el.
Parecia que el tambien se habia dado cuenta de mi presencia y se acecaba, sorprendido, aterrado. De pronto senti escalofrios y un sudor frio comenzo a expandirse por todo mi cuerpo, mi respiracion er agitada y la de el era exactamente igual.
Por fin nos encontramos, me acerque lo suficiente como para tocar con las palmas de mis manos, las suyas. Tarde apenas unos segundos en comprenderlo: el que me miraba a traves de esos ojos moribundos era yo mismo, mirandome desde otra dimension. Yo, la esencia de mi ser, habia quedado atrapado detras de un mundo paralelo. Lo que tenia delante de mi era un espejo, sin embargo yo no era yo. Yo era, soy y sere el reflejo.